February 18, 2018

Fidel Castro: ¿un sueño inalcanzable?

              En el año 1959, Fidel Castro, líder de la revolución cubana, realizó su sueño y formó un nuevo gobierno cubano. Desde el principio de su tiempo como el comandante del país a su fallecimiento en 2016, Castro siguió siendo leal al idealismo comunista. Aunque soñaba con mejorar y proteger su país, la disolución de la URSS, que mezcló con la pobreza y los bloqueos económicos, causó la disolución de la ley, la economía, y la calidad de la vida en Cuba. En su documental, Cuba and the Cameraman, el director y cámara Jon Alpert demuestra cómo Cuba ha cambiado entre el principio y el fin del reino de Castro como jefe del único país occidental comunista, y también cómo Castro cambia en su reino.
              Al principio del filme, Alpert y su grupo viajan a Cuba para documentar el progreso de la revolución. Se ve que, en Cuba, toda la gente tenía acceso a la educación, un alojamiento, y asistencia médica. En estos tiempos tempranos, la gente estaba feliz. Fidel era muy carismático, y todo estaba bien. Con la ayuda de la URSS, Cuba se mejoraba, y todos estaban muy contentos con el régimen. 
              A la gente le parecía que todo iba a seguir mejorando. Por unos años, el espíritu de la revolución vivía muy fuerte, como los campesinos en sus granjas. Castro voló a Nueva York para hablar en frente de la ONU. Alpert fue el único americano que voló con él. Sus tomas de Castro, con su gran sonrisa, sus bromas, y su esperanza, pintan un retrato de un hombre que auténticamente quiere apoyarle la gente de su país. Al clímax de eso viaje, Castro habló.
              “Hablo en el nombre de los niños del mundo que no tienen un pedazo de pan,” dijo Castro con convicción y fuerza. Me pareció un héroe, peleando por los pobres de cualquier país y representando la lucha contra la injusticia y la corrupción. Después de hablarle a la ONU, Castro se vio en su cuarto, y tuvo la apariencia de un hombre muy normal, y de un líder auténtico. Así le parecía a la gente cubana.
              A pesar de la carisma e idealismo de Castro, la calidad de la vida diaria en Cuba empezó a disminuir. Cuando la URSS disolvió, había menos bendiciones y menos oportunidades para toda la población: de repente había escaseces de alimento, medicina, y otras cosas necesarias para vivir bien. Se acabaron las jeringas en hospitales; agricultores, como los hermanos de la familia Borrego, ni tenían bueyes ni cerdos ni otro animal para cultivar su tierra porque alguien los mató para comerlos; la asistencia médica se podía acceder gratis, pero le faltaba esenciales, como laringes eléctricas después de operaciones para detener cáncer de la garganta; no había agua o electricidad en varios tiempos en La Habana; gente inocente se enviaba a la prisión.
              Cuando Castro finalmente murió en 2016, casi 60 años después de que llegó a ser el comandante de Cuba, su sueño no había sido realizado. Como Alpert demuestra con el paso de tiempo, Castro, Cuba, y los agricultores todos acaban. Al fin, las ideas de comunismo, apoyadas por Castro, fracasaron y le dolieron la gente que Castro trataba de ayudar, y él se convirtió en un antihéroe en los ojos de unos ciudadanos cubanos.
              Castro y su sueño han casi muerto completamente ahora: los Estados Unidos han quitado unos bloqueos económicos; hay wifi y selfies en La Habana; capitalismo está listo para su llegada al país. Castro y su reino han pasado, ¿pero vale la pena seguir soñando como Castro? ¿Debe, o puede, Cuba convertirse en una economía capitalista? Solo dios sabe.

Obras citadas

No comments:

Post a Comment